El Presidente del Cantón de Cádiz

Hablamos del Alcalde de Cádiz, de Don Fermín Salvochea. En pocos días se celebrará el 106 aniversario de su muerte en la ciudad de Cádiz. Es por ello, que por este acontecimiento, pues os contaré un poco de su vida en esta entrada.

A Salvochea, se le conoce por ser uno de los propagadores del anarquismo en la zona de Cádiz allá por el siglo XIX. En 1873, durante la época del cantonalismo -movimiento insurreccional que aspira a dividir el Estado nacional en cantones casi independientes- fue elegido Presidente del Comité administrativo del Cantón de Cádiz. El Cantón de Cádiz duró muy poco y tras el punto y final a éste, Fermín fue apresado por las tropas del General Pavía y juzgado en Sevilla. Fue condenado a cadena perpetua, permaneciendo varios años detenido en el Peñón de Vélez de la Gomera, una isla situada al norte de África a 126 km del oeste de Melilla y también en Ceuta. Primero su madre, en 1875, logró un indulto, pero este lo declinó. Seguidamente, el Ayuntamiento de Cádiz consiguió de nuevo el indulto en 1883, pero tampoco lo aceptó y se escapó a Marruecos. Tras estos hechos, se hace firmemente anarquista y de la tenencia anarcomunista.

El "Alcalde de Cádiz", nació en Cádiz en marzo de 1842 en la Plaza de las Viudas. Su padre, Fermín Salvoechea y su madre -que fue hija de Juan Álverez Mendizabal, hermano de José Mendizabal conocido por las desamortizaciones con su nombre- Maria del Pilar Alvarez Mendez, eran de origen navarro, pero quien llega a Cádiz, se queda aquí para siempre y se hace gaditano. Los mismos, lo matricularon en uno de los mejores colegios de Cádiz por aquellos años y así recibiría la mejor educación posible. A los 15 años su padre, siguiendo las tradiciones de la burguesía mercantil gaditana a la que pertenecían, le envió a Inglaterra para que se familiarice con las técnicas comerciales, permaneciendo en Londres  y Liverpool cinco años, pero no lo hace y allí estudia los problemas sociales de la época. Tras varios años allí, regresa a Cádiz con 21 años (1868), hecho todo un revolucionario con un espíritu de cambio social, ya que estuvo influido por las doctrinas del socialismo utópico.

En 1868, tiene lugar en el mes de septiembre, un levantamiento revolucionario en españa que destrona a Isabel II y supone el inicio del Sexenio Democrático. Este levantamiento se conoce como la Revolución de 1868 o "La Gloriosa". Después de la Revolución, es nombrado jefe de uno de los Batallones de los Voluntarios de la Libertad de Cádiz. Participa activamente en los sucesos del 68, por lo que es encarcelado. Puesto en libertad un año después, organiza partidas armadas contra el gobierno en la Sierra de Cádiz, siendo derrotadas por las tropas gubernamentales. En 1871, gracias a la amnistía promulgada por Amadeo de Saboya, regresa a Cádiz. Se cree que es en esta época cuando se afilia a la Internacional, aunque sigue apoyando las ideas federalistas y republicanas. Entre esa fecha y 1873, se suceden en el país diversos acontecimientos políticamente relevantes: el asesinato de Prim, la ascensión al trono de Amadeo de Saboya y la proclamación de la Primera República. En febrero de 1873 se proclama la República en España y un mes más tarde, con 31 años, Salvochea es elegido alcalde de Cádiz.

En 1885, fallece Alfonso XII y Salvochea es nuevamente amnistiado, y vuelve a Cádiz, donde fue recibido con entusiasmo. Por aquella época (1874 y 1881), el movimiento anarquista en España padecía un mal momento, ya que las bárbaras leyes de excepción impedían toda propaganda pública; cientos de militantes sufrían en las cárceles y el movimiento se mantenía gracias a las organizaciones secretas. En 1886, funda el periódico El socialismo, en el que publica, entre otros, artículos del conocido anarcocomunista Piotr Kropotkin, introduciendo de esta manera el pensamiento anarcocomunista en los ambientes ácratas españoles, todavía apegados en su mayoría al anarcocolectivismo y fomentando el debate interno. Tuvo 76 números desde su fundación hasta el 1881, periodo en el que Salvochea fue procesado varias veces. Por lo tanto, estamos ante una represión brutal al movimiento comunista por aquella época. 

Portada del número dos del Periódico "El socialismo"

Organiza los primeros actos por el Primero de Mayo en Cádiz en 1890. Ese día hubieron dos explosiones en Cádiz muriendo varias personas. La prensa reaccionaria culpó a los anarquistas, a pesar de que en El socialismo se negó tal cosa y se sospechó de una nueva estratagema de la policía para criminalizar al movimiento. Por este motivo, en 1891 fue detenido y encarcelado. Un año después, en 1982, tiene lugar el motín Agrario de Jerez de la Frontera en el que es implicado por falsos testimonios. En el motín agrario, varios centenares de trabajadores y campesinos trataron de liberar por la fuerza a sus hermanos detenidos; hubo sangrientos enfrentamientos y los revolucionarios se retiraron al amanecer. Por este ataque, la burguesía quiso vengarse y lo que hizo fue ejecutar a varios militantes en la plaza del mercado de Jerez de la Fra. o encerrarlos durante varios años, entre los que estaba Fermín, que condenado a 12 años de cárcel por instigador, pese a que se encontraba en la cárcel en el momento de las explosiones. De Cádiz a Valladolid, donde su salud empeora por estar encarcelado en condiciones infrahumanas. De Valladolid a Burgos y en 1899 queda libre y vuelve a Cádiz donde fue acogido con gran júbilo por unas 5.000 personas que gritaban "¡Viva Fermín Salvochea!" y aplaudían a este ilustre gaditano, al que acompañaron hasta su casa caminando. Una vez allí en el balcón de su casa, como cualquier pregonero, gritó a la muchedumbre allí presente: "Compañeros, aqui estoy de nuevo con ustedes y siendo el mismo de siempre. Viva el Comunismo y lo que ustedes saben". Por tantos años de encierro en la cárcel, su salud empeoró pero no su espíritu revolucionario que siguió manteniendo hasta los últimos días de su vida. 

Marchará a Madrid en 1901, con 58 años, donde vivió de sus trabajos en un gimnasio, ejerciendo de representante de la casa de vinos de Agusntín Blázquez y colaboró en la prensa burguesa como El País o EL Heraldo, además de colaborar con la Revista Blanca o Tierra y Libertad. También siguió participando en actividades anarquistas de la capital de España. Su honestidad revolucionaria le llevó a emplear todos sus recursos en el movimiento y a compartir todo lo que tenía con sus compañeros trabajadores. Ejemplo de ello fue el renunciar a toda su herencia y a las posesiones familiares para llevar una vida cercana a la indigencia. Por lo tanto estamos hablando de una gran persona, pudiendo vivir con lujos, los elimina y vive como un pobre. Tras un tiempo en Madrid, vuelve a la capital por estar su madre enferma, la cuál fallece en 1909, y vive sus últimos meses en una casa de la Plaza de las Nieves, actual Plaza de Argüelles. 

El 27 de septiembre de 1907, falleció de una lesión de columna tras caerse de una mesa que hacía las veces de cama ya que su cama se la dio a un mendigo. El médico que comunicó la causa de su muerte, manifestó que falleció por meningo-mielitis aguda. Su fallecimiento, causó gran conmoción y más de cincuenta mil personas de todas las clases sociales acudieron en manifestación al sepelio. Bajo una torrencial lluvia, los gritos en apoyo de la anarquía se escuchaban por doquier, y el cortejo avanzó por las calles del centro de la ciudad. De la casa mortuoria, sobre los hombros de 12 obreros, fue llevado hasta el Ayuntamiento, donde el alcalde monarquico, Martínez de Pinillos ordenó que el féretro entrara en la casa consistorial diciendo una impactante frase: "Esta es su casa. Que no salga hasta que no acabe la lluvia". Cuando paró la lluvia, el féretro salió del ayuntamiento y marchó por el barrio de Santa María y de allí al cementerio de San José, donde, en un nicho fue enterrado y a donde se mantienen sus restos y donde nunca faltan las flores. Mujeres, Hombres y niños, en la calle, en silencio. Silencio que fue roto por los vítores al grande, al querido, a Don Fermín Salvochea o por los llantos de los miles de gaditanos que le acompañaron en su último paseo por la ciudad que le vio nacer. Pienso en esa imagen, y tuvo que ser increíble, todo el pueblo de Cádiz despidiendo a un personaje tan insigne como "El bigotes", como se le conocía cariñosamente a Fermín Salvochea. Con ese acontecimiento, terminó la vida de un mito, que aún, a día de hoy, 106 años después de su muerte,  se le recuerda como un gran revolucionario, como una persona con valores, como una persona muy solidaria con la ciudadanía gaditana y como uno de los mejores alcaldes de Cádiz.

Desde las noveleas de Blasco Ibañez a las de Valle Inclán, pasando por el carnaval, el fútbol, la política, la poesía, en las calles de Cádiz, en el colegio que lleva su nombre....en todas partes se le recuerda y se habla de él. La historia viva un Cádiz pasado, en el que el político era humilde e iba de la mano con el pueblo, algo que por desgracia no pasa en la actualidad y ninguno de los altos mandatarios de la política actual pueden decir que el pueblo lo alaba como le hicieron a nuestro alcalde allá por el siglo XIX, porque nunca habrá otro fenómeno "Salvochea". 

"Mi patria es el mundo, mi religión hacer el bien y mi familia; la humanidad".